Obsesionados como estamos en buscar malas noticias que confirmen los peores augurios para Catalunya, podría ser que se nos hubieran pasado por alto las respuestas a algunas preguntas de la última encuesta del Instituto Noxa para La Vanguardia. No me refiero, por supuesto, a las referidas a pronósticos electorales, que son el tipo de cuestiones que necesitan más cocina, aparte de estar formuladas en estos momentos sin que el ciudadano conozca aún el escenario de lo que habrá por escoger cuando lleguen las elecciones en noviembre. No: estoy hablando de los porcentajes de catalanes que consideran que los inmigrantes – me imagino que los encuestados, igual que yo, habrán entendido que la pregunta se refería a los extranjeros últimos en llegar-no tienen por qué tener menor acceso a los servicios sanitarios, escolares o al trabajo.