La próxima sentencia del Tribunal Constitucional que va a desahuciar definitivamente el Estatut del 2006 acentuará la actual precariedad de la vida política catalana hasta límites insospechados. Nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar el día después de tal estropicio jurídico-político. El envite que está echando el Estado sobre Catalunya a través de su Tribunal Constitucional no es de los que acaban en un simple enfado que uno pueda hacerse pasar desbravándose con una manifestación de sábado por la tarde y agitando una estelada.
Continue reading