La idea de sociedad multicultural sólo es sociológicamente imaginable si la diversidad que anuncia es políticamente irrelevante. Si no es así, en su acepción fuerte, los conceptos de sociedad y de multiculturalidad son un oxímoron, es decir, se excluyen mutuamente: o se trata de una sociedad, y entonces no puede ser permanentemente multicultural, o se trata de un conglomerado multicultural estable, y luego deberíamos referirnos a sociedades distintas. Otra cosa es si a algunas peculiaridades culturalmente secundarias de los diversos grupos que componen cualquier sociedad se les da un valor retóricamente desmesurado sin que objetivamente lleguen a poner en peligro la cohesión global.
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