No hay partido

Es extraordinariamente sorprendente que las elecciones que llegan en la más grave encrucijada – económica y política-que hayamos conocido desde la recuperación de la Generalitat de Catalunya, vayan a ser las menos reñidas de cuantas hemos conocido.

Todos los participantes menos uno, se han retirado de la contienda antes de empezar.

El PSC, anunciando que no va a repetir tripartito y que abomina de la sociovergencia, deja claro que no quiere estar en el próximo gobierno. Las condiciones que pone ERC, el referéndum, también le dejan fuera en cualquier caso. ICV se presenta compuesta pero sin novio. El PP sigue en su deriva anticatalana y de provocación xenófoba, de manera que imposibilita una coalición con CiU. De modo y manera que, efectivamente, el gran problema de CiU va a ser inventarse un contrincante para que no se le desmovilice el electorado. En resumen: que en estas elecciones, no hay partido.

Desde mi punto de vista, estas circunstancias se explican por la razón de que ningún partido en liza tiene respuestas creíbles para afrontar los retos de los próximos años.

No las hay ante el fracaso estatutario y las graves consecuencias que aún están por venir. Y en lo económico, apenas puede prometerse contención y seriedad, pero poco más. El concierto económico de la CiU preelectoral, y que ahora ya no pasa de pacto fiscal, no tiene futuro. El Estado federal del PSC, en pleno retroceso autonómico, es una broma de mal gusto. Lo del referéndum de ERC va a ser que no, por valientes que se pongan. ICV sigue con su música sin enterarse del drama. Al PP, lo único que se le podrá agradecer es que evite la entrada de xenófobos y anticatalanes en el Parlament, si lo consigue. Y el nuevo independentismo llega dividido y en mala hora.

En estas elecciones, con tres días de campaña habría de sobras y estoy seguro de que todos los partidos firmarían para que no fueran cuatro.