En busca de la complejidad

Los análisis de los resultados electorales de este domingo hechos con los viejos esquemas de clasificación política sirven de bien poco. Seguir con los ejes de derechas a izquierdas o de nacionalistas catalanes a nacionalistas españoles es un ejercicio antiguo que ha perdido su capacidad interpretativa. Tiene razón Jordi Pujol cuando afirma que CiU ha acabado depositaria de votos que le han llegado de todas partes. Tan cierto como que los votos del PSC han hecho las maletas hacia toda suerte de destinos, incluidos el PP, Ciudadanos o PxC, y naturalmente hacia CiU. Sin ningún empacho. Un estudio detallado de tanta promiscuidad electoral nos podría iluminar acerca de los nuevos criterios que resultan fundamentales a los votantes. Pero, entre tanto, debemos aceptar con humildad que los antiguos no funcionan.

Precisamente, creo que ha sido también el empecinamiento de ERC en utilizar los viejos esquemas lo que la ha alejado del electorado que, desde el 2003, tenía prestado. Pero ERC insistía en situarse en la izquierda, con pocos matices, y en poder desplazar al PSC por el eje nacional a base de pluja fina primero, y después, cuando tuvo que abandonar el empeño por la sentencia del Constitucional, quiso anclar su posición en el eje nacional con el aguacero de un referéndum. Quizás si ERC hubiera puesto el acento en los valores republicanos y hubiese sido menos esclava de los ejes clásicos, habría sobrevivido mejor al envite del segundo tripartito. O, aún mejor, habría resistido la tentación de volver a subir a un barco del que le habían echado un par de meses antes, y habría llegado en buenas condiciones para sumar al nuevo independentismo y superar los resultados del 2003.

Y lo mismo ha ocurrido con el nuevo independentismo. Creer que el votante catalán se movería exclusivamente por un independencia sí, independencia no estaba fuera de lugar. Todos podemos engañarnos como mejor nos plazca, pero estoy convencido de que el nuevo independentismo, sin la carismática e identificable figura del antiguo presidente del Barça, no habría conseguido ningún escaño, como prueba el insuficiente resultado de Reagrupament, aun siendo una oferta más sólida. La independencia como oferta, era insuficiente para tiempos de incertidumbre.

La sociedad catalana está mucho más madura que la mayoría de las ofertas políticas que se le han hecho y responde con mayor complejidad de la que de momento llegamos a comprender. Por esa misma razón ha votado la oferta más compleja y rica de matices, aunque no fuera exactamente la suya.