En busca del propio escaño
Al final va aresultar positivo para ERC que estén en el Parlament los cuatro independentistas de Solidaritat Catalana per la Independència (SI). El discurso radical de Joan Laporta va aayudar sobremanera a situar a los republicanos en un espaciomás cercano alacentralidad. Y esto, a medio plazo, podría ayudar a la recuperación de ERC si no es que una interpretación precipitada les lleva a cometer futuros errores. Aunque, si fuera cierto lo que escribí en su momento de ERC, es decir, que las victorias pueden ser más difíciles de digerir que las derrotas, no tendrían por qué añadir más dificultades y descalabros a su trayectoria. Todo lo contrario: la recuperación no tiene por qué ser imposible ni eterna.
Esta búsqueda del propio espacio ya pudo verse ayer en la segunda parte del debate de investidura, en el cual Joan Puigcercós, con todas las dificultades quesepuedan imaginar, se presentó como un partido de gobierno, buscando complicidades futuras con CiU. No era fácil, porque empezar con un discurso acerca de cómo Mas debería ganarse la confianza de las demás fuerzas parlamentarias no deja de ser delicado para alguienque acaba de perder lamitad de ella hace cuatro días. Pero Puigcercós, sin agriedad, ensayó otros modos de “marcar paquete” mucho más razonables que los usados en otros tiempos no muy lejanos.
En cambio, el estreno de Laporta supuso la confirmación explícita de que, por lo menos de momento, en SI se encuentran cómodos ocupando el rincón del hemiciclo. Laporta, con dureza pero sin dar empujones, ycon lamucha coherencia que ofrece la simplicidad de un discurso de único objetivo, casi contó todo lo que va arepetir, con datos particulares en cada caso, durante toda la legislatura. Amínomeparece nadamal que alguien recuerde –como dice el Evangelio–,oportuna einoportunamente, algunas verdades como puños, siempre que no se pierda la compostura ysiseescapaz de no llegar aaburrir al respetable.
En este debate de investidura, el único que no tuvo por qué moverse era ArturMas. Estuvo yestará en su sitio. Los demás, todos estaban ensayando acerca de los espacios que deberán ocupar los próximos cuatro años. Quizás, si se me permite un consejo en mala hora, si yo hubiera estado en el lugar de ERC, me habría abstenido e incluso habría votado sí alaprimera. La mitad de los diputados, el doble de gesto afavor de la gobernabilidad. Todo el mundo tiene prisa, y se hubiera agradecido el adelanto de dos días. Pero ya se sabe: Versalles es Versalles. En cualquier caso, que nadie dé anadie por vencido, porque va aser una legislatura políticamente movida y apasionante.