Escribo historia en minúscula. Y digo demasiada con ironía. Hemos acabado adictos a los supuestos “hechos históricos”, y cada día consumimos un montón de ellos. Los medios de comunicación nos alivian el síndrome de abstinencia. El año más caluroso desde que le tomamos la temperatura. El avance científico que nos hará vivir veinte años más. La nueva tecnología que significará un antes y un después en la educación… Muy particularmente, los periodos preelectorales anuncian todo tipo de acontecimientos históricos.….